Pontevedra, Spain
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No es empático. No le gusta hablar con la familia del paciente y menos todavía escuchar al propio paciente. Realiza comentarios fuera de lugar. Impide que la familia del paciente desarrolle sus opiniones. No hay diálogo ni apoyo posibles. Es dogmático. No pregunta al paciente para conocer su opinión, sino para reafirmar sus interpretaciones. Fuerza al paciente y a su familia a cosas que no quieren. No es consciente de las consecuencias de sus decisiones. No aprende de los errores. No puedo recomendarlo.
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Dr. Blanco Lobeiras, pedimos perdón por lo que dice Germán. Sabemos, por experiencia, y deseamos que cuantos lean esto lo tengan claro, de su gran valía profesional y personal. Gracias a sus acertadas indicaciones, durante veinte años Germán pudo desenvolverse con cierta normalidad, terminando su carrera con excelentes calificaciones. Mientras Vd. lo trató, vivió y trabajó y fue independiente. Pero 'los dioses ciegan a los que quieren perder' y esto es lo que le pasó a Germán, desgraciadamente para él y para nosotros, sus familiares. Lamentamos de corazón que él haya publicado esta reseña tan desfavorable como incierta sobre Vd. Deseamos remediarlo en lo posible publicando la presente, reiterando nuestro pesar por las expresiones tan desacertadas de Germán, que sin duda fueron motivadas por la recaída en su enfermedad, al dejar el tratamiento con Vd. Crea que lo sentimos muy de veras. Reciba nuestro mayor agradecimiento y consideración.
30 minutos de moita sabedoría acertada a un ritmo de fala vertixinoso, con termos que non está ao alcance de calquera e cun custo moi caro: 70 . Resulta a máis de 2 por minuto. Ademais traballa tamén na pública... :(
Me trató con clozapina durante quince años, cuando fui a otro psiquiatra a una segunda opinión el pobre del nuevo puso una cara de horror como yo jamás había visto. Tengo trastorno obsesivo, lo que me dio el Sr. Blanco es un antiesquizofrénico de último recurso. Cuando me ayudaron a dejar semejante sustancia apareció un síndrome de abstinencia severo en extremo, que duró ocho meses. Hace tres años que no lo tomo y no hubo ningún ataque de locura, en realidad estoy más a gusto. Yo no sabía que pasaba eso al dejar esa pastilla. A los niños malos se les regala carbón en Navidad, alguno ya sabe lo que le va a tocar. Mientras tanto que no os líen, habrá demasiados psiquiatras como él. Pedid segundas opiniones no contaminadas, no digáis vuestro diagnóstico antes de tiempo.
Me dio dos pastillas que no me arreglaron nada. Empecé con problemas nuevos, por eso me dio otra pastilla más y luego otra. Una psicóloga solucionó el problema original, pero el médico no me ayudó a dejar sus pastillas. Dijo que la retirada es dura y que es mejor tomarlas para siempre. El primer día había dicho que los medicamentos no eran adictivos.
Un gran profesional
Deli
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